jueves, 16 de agosto de 2012

Piel de tinta

Lee silenciosa,
en la oscuridad
muda.
A un halo que se desprende débil
de un farol del parque,
orienta las hojas.
Las pasa despacio,
para no distraer el silencio,
para no entorpecer la noche.
Anhela encontrar en las palabras
el sosiego ya olvidado.
Una frase
como un sortilegio,
una expresión
que vaticine el encanto.
Se extingue el halo
y pronto su cuerpo deviene en palabras.
Imprecisos y difusos garabatos
urden su figura.
Bajo algún otro farol,
me estaré convirtiendo también
en voces, en letras
que se dibujan en mis extremidades,
y que sólo anhelan  
entorpecer su silencio,
despistar su noche.

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