jueves, 16 de agosto de 2012

Espiral


El caracol en la playa,
ella, en la orilla
con la arena y la espuma
enmarañada
confundiéndose con su cuerpo.
El caracol que escudriña el mar
bajo la noche fría y oscura,
el mar que la busca a ella
con sus olas ensortijadas.
La noche se esconde tras la luna
que revolotea entre las estrellas
y las estrellas que iluminan apenadas,
celosas,
la figura de ella,
su cabello enrizado
entintado en mar
enrizado, 
como las estrellas que juegan con la luna,
como una luna que hincha el mar,
que con vastas olas
la intentan alcanzar.
Como las líneas del caracol
que en su lento andar
va dejando sobre la arena
grabado el porvenir.


Pez



Gritaba como el arroyo
y él, y el arroyo
y él, también arroyo
diluye sus penas
lanza sus lágrimas
y las piedras
erosiones y restos
que una mujer le han urdido

Se ahogaba como el sedimento
y él, y el sedimento
y él, también sedimento
y también arroyo
aletea como los peces pequeños
que huyen
y alza la cabeza buscando aire
y choca las piedras que él mismo lanzaba
porque él es piedra,
y también la mano que la lanza

Se desgajaba como una naranja
como el sol naranja se desgarra en el ocaso
como el sedimento que se agita con fuertes pasos
como la lágrima que acaricia el río
y ya no es río
como la mano que se enjuaga las penas
como un pez que vuela
a través del arroyo

Renacer


- …y cada vez que la volvía a ver
ella era otra -

cabello de viento
y asido a la vez
piel de gota
muslos de tormenta
aliento espliego
soplido montaraz
y la libertad 
posada en sus brazos bien abiertos

- … y cuando creía que bebería de mi mano
se volatizaba, y huía como niebla -

pasos ausentes
y el perfume que siempre está
embelesando un sueño
lamiendo la vigilia
y en un bostezo
parecía envolver el mundo
enlazando las nubes, con los ríos
y las flores

- … y todo lo que había a su alrededor
se transformaba en otra cosa -

su beso se confundía con la ternura
su palabra, con un viejo árbol
que todo lo comprende
pero no augura amor
y un poema que la va delineando
que se distorsiona y vaticina su muerte
sólo quedarán versos blancos
trazados en el silencio
hasta que regrese con su cabello de viento
e invente nuevos lenguajes
como nubes, ríos y flores
para intentar retenerla
aunque ya no sea yo cuando lo escriba.

El amor



Una caricia al despertar
en la mañana,
un suspiro
al levantar de la cama,
un grano de café
coloreando la taza,
el fuego del fósforo
envolviendo un cigarrillo,
la gente, los perros y los autos
a través de la ventana,
la brisa que se escurre
arañando la espalda,
colisión de hojas
en el acople de  árboles,
el sol sereno
que arropa las calles,
periódico de noticias
con tinta de flores,
arpegio de tonos mayores
tiritando en la sala,
Bombilla y yerba
Enredándose en el parque,
Crepúsculo afable
Que agasaja la luna,
pieles trenzadas
bajo las frazadas,
ojos dormidos
oscuridad y sosiego.

Piel de tinta

Lee silenciosa,
en la oscuridad
muda.
A un halo que se desprende débil
de un farol del parque,
orienta las hojas.
Las pasa despacio,
para no distraer el silencio,
para no entorpecer la noche.
Anhela encontrar en las palabras
el sosiego ya olvidado.
Una frase
como un sortilegio,
una expresión
que vaticine el encanto.
Se extingue el halo
y pronto su cuerpo deviene en palabras.
Imprecisos y difusos garabatos
urden su figura.
Bajo algún otro farol,
me estaré convirtiendo también
en voces, en letras
que se dibujan en mis extremidades,
y que sólo anhelan  
entorpecer su silencio,
despistar su noche.

martes, 7 de agosto de 2012

El escaramujo





Como no puede ser de otra manera, el primer “posteo” (o como se diga acá) va a ser dedicado a la canción que lleva el nombre el título del blog “El escaramujo” de Silvio Rodriguez. En primer lugar, por un simple homenaje al trovador cubano que me acercó un poco a la poesía, y por otra parte, porque tiene excelentes frases, como “yo vivo de preguntar, saber no puede ser lujo”, o bien “Si el saber no es un derecho, seguro será un izquierdo”. Además, creo que en la poesía, por más pos-vanguardista que sea, siempre va a estar contaminada un poco de rosa y de mar, como el escaramujo. Acá abajo la letra:


¿Por qué la tierra es mi casa? 
¿Por qué la noche es oscura? 
¿Por qué la luna es blancura 
que engorda como adelgaza? 
¿Por qué una estrella se enlaza 
con otra, como un dibujo? 
Y ¿por qué el escaramujo 
es de la rosa y el mar? 
Yo vivo de preguntar: 
saber no puede ser lujo. 

El agua hirviente en puchero 
suelta un ánima que sube 
a disolverse en la nube 
que luego será aguacero. 
Niño soy tan preguntero, 
tan comilón del acervo, 
que marchito si le pierdo 
una contesta a mi pecho. 
Si saber no es un derecho, 
seguro será un izquierdo. 

Yo vine para preguntar 
flor y reflujo. 
Soy de la rosa y de la mar, 
como el escaramujo. 

Soy aria, endecha, tonada, 
soy Mahoma, soy Lao-Tsé, 
soy Jesucristo y Yahvéh, 
soy la serpiente emplumada, 
soy la pupila asombrada 
que descubre como apunta, 
soy todo lo que se junta 
para vivir y soñar: 
soy el destino del mar: 
soy un niño que pregunta. 

Yo vine para preguntar 
flor y reflujo. 
Soy de la rosa y de la mar, 
como el escaramujo.