Todavía
siento tu risa
como una
tonada en la sala
y es que el
tiempo estéril de dolor
en sus
articulaciones lacerantes
fue ajando
con tibieza los besos
los vastos
mares de los que hablaban
y las
palabras que tus labios mojados dijeron
No hay luna
plateada dibujada en la laguna
ni miradas
recostadas que a través de los árboles
intenten
ponerle nombre a las estrellas
No hay
cosquillas ni colillas de cigarrillo en el agua
No hay
amanecer que se atreva
a delinear
con los dedos una caricia
cuando la
arena refracte las primeras chispas del sol
y nos
descubra como si fuéramos uno
y nos
invente
como si
fuéramos todo
El dolor
vestido de tiempo
con una
tibia tonada te fue olvidando
y lacera un
poco pensar que tu risa se siga escuchando
porque sea
lo mismo que tu belleza
extensa como
los mares
alegre como
la luna
innombrable
como las estrellas
y explotará siempre
y musicalizará
todo inevitablemente
a donde
quiera que vayas
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